“En esta imagen, Sergio Ramos a la derecha durante el partido de Champions vs Bayern Múnich; a la izquierda, tumbado en el campo en la derrota ante el Celta”
Por supuesto, a partir de ahora se viene la parte mas reprochable de esta temática. Los posteriores 3 partidos a la cita de Champions se saldaron con un balance de 2 empates y 1 derrota. Yo puedo entender el balance ocurrido en el partido ante el Valencia (jugadores sin ritmo de juego como Varane, Marcelo) o jugadores que no son demasiado virtuosos a la hora de defender (Illarramendi, Isco, Bale, Cristiano Ronaldo); incluso, un buen equipo como el Valencia que venía de perder una semifinal de Europa League ante un rival al que le anoto 3 goles, pero que no fueron suficientes para acceder a la final debido al gol de M’bia en el descuento que termino por sentenciar la eliminatoria a favor de los sevillistas.
En relación al partido contra el Celta, es cierto que el Madrid no conto con CR7, Bale, Benzema, Di María, Pepe (por mencionar solo a estos). Aun así, los jugadores que saltaron al terreno dejaron muchísimo que desear: pocas ideas a la hora de proyectarse en busca de la red rival, poca concentración, poca intensidad, no saber leer los movimientos de los rivales, entre otros. Dieron la sensación de haber sido devorados por un equipo que rabiaba por remontar una eliminatoria y ante el cual no podían responder. Además, los errores tanto de Ramos como de Xabi Alonso en este partido pusieron mas cuesta arriba, dada las circunstancias anteriormente señaladas, un partido que el Real Madrid no supo cómo abarcar.
Posteriormente, Ancelotti en RDP (luego del partido) dio a entender que, si, efectivamente el equipo había bajado un poco la intensidad después de la semifinal contra el Bayern Múnich y que eso lo habían pagado muy caro en los tres siguientes partidos, pero que no era momento de ver que se había hecho mal, sino de recuperar energía, recuperar jugadores y de preparar bien la final (tal señalamiento se puede escuchar del minuto 1:26 a 1:53 del video que anexo a continuación)
Es cierto que hay recuperar energía y jugadores a propósito de la esperada final en Lisboa, pero: ¿acaso no hay que hacer una revisión seria de lo que fallo en los tres juegos después del partido en Alemania para hacer los ajustes pertinentes? Para mí, y supongo que para él dentro de si mismo, indudablemente. Por eso pienso y propongo que para fluctuar al alza esa intensidad, la primera “final” sea ante el Espanyol. Este partido será de importancia no para los teóricos titulares de la cita en Portugal, sino para Casillas y los suplentes habituales del Madrid, porque ellos serán un factor importante al cual recurrir si en algún momento el partido en Lisboa termina tornándose un partido con “cara de perro” (es decir, un partido cuesta arriba que necesite variantes y posibilidades). No solo eso, también será un termómetro mas serio para saber y entender bajo que esencia se encuentra la actitud del equipo a la espera de este importante compromiso. La motivación por ser una final de Champions que hay que ganar estarán alli, pero las sensaciones que se puedan tener ante el Espanyol (no vitales, mas si a tomar en cuenta) que es un rival serio, pienso yo serán una tónica grupal a ser considerada a propósito de la final en el Estadio Da Luz. Ojala el equipo se deje la piel y que la intensidad suba considerablemente en este dos partidos que quedan para poder terminar el año con una gran alegría que se traduzca en la consecución de la Décima.
De esta forma concluyo esta entrega. Muchas gracias por tomarte este tiempo para leer mi entrada. Nos volvemos a reencontrar en otra entrega de “En Contexto”. Hasta la próxima.
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