Desde
hace ya más de año y medio que Carlo Ancelotti tomó la batuta y el mando del
equipo blanco. En ese tiempo, ha demostrado que es un técnico capaz de llevar
al Real Madrid a donde le corresponde, las esferas más altas. Sin embargo, no
importa cuantos meses pasen, cuantas victorias obtenga y cuantas batallas gane,
la imagen de José Mourinho sigue apareciendo en su comparación.
Recordemos
un poco las cosas, José Mourinho llegó al Madrid en un momento donde el equipo
se encontraba en un impase. Una serie de derrotas y frustraciones, nos hacía
pedir a gritos un cambio. Esa ansiada victoria, ante un Barcelona que pasaba
por un muy buen momento parecía difícil, sino imposible. Llega entonces un
técnico con un historial exitoso, un hombre que tenía el conocimiento y el
carácter para poder llevar a este equipo al éxito: Mourinho.
No escribiré sobre Mou, solo
haré un breve resumen de lo más destacado, positivo y negativo de su gestión. Entre
lo más importante, es más que obvio mencionar,
que logró romper la hegemonía culé que existía. Encontró el planteamiento
y las herramientas para derrotarlos y nos dio el ansiado clásico. Esta hazaña, hizo que Mou se ganara el respeto y la admiración de
muchos. Se logró clasificar a instancias finales de la Champions, mejorando las clasificaciones
de las temporadas anteriores más recientes; no obastante, por una razón u otra,
en esos tres años no se ganó ninguna Copa de Europa. Es más, solamente se ganó
dos de los nueve grandes títulos
disputados. Otra de las cosas que
caracterizó la era Mourinho, más allá de los títulos, fue la diferencia entre algunos
jugadores y el entrenador. Esta división fue tan fuerte y difundida, que llevó a que la afición tomara partida y
defendiera vívidamente a uno de los “bandos” que había en el Madrid. La prensa,
que suele ser muy astuta, se aprovecha de esto y echa más leña al fuego.
Invitando a todos a tirarse palos públicamente los unos a los otros y, tristemente, muchos caían en el jueguito y el fuego terminó convirtiéndose en incendio. Mourinho se va, para el agrado de unos y el
enojo de otros.
Hoy, con la décima en vitrina, clasificados primeros del grupo en Champions, líderes en la Liga y encaminados en la Copa del Rey, el eco de Mourinho sigue resonando. La prensa y muchos aficionados se empañan en seguir comparando, discutiendo y confrontando.
La
más reciente discusión se ha dado entre Mourinho y Sergio Ramos. Mourinho
mencionó que la selección española exponía a los jugadores a lesiones y que
esto provocó que Costa no rindiera a tope con el Chelsea (actual equipo de Mou.)
Declaraciones que no parecen tan irracionales si pensamos algunas de las
lesiones de las tan odiadas fechas FIFA. Está claro, que él como entrenador se
va a preocupar por su equipo y que su
club será su prioridad. En la siguiente convocatoria a la Selección, Costa no
asistió a lo que Sergio Ramos comentó: "Me gusta que mis compañeros tengan el mismo compromiso con sus
clubes que con la selección” Algunos no estarán de acuerdo con esto, pero
cualquier persona que haya defendido la bandera de su país a algún nivel, sabrá el privilegio, el honor y el compromiso que
implica. Que para un club sería más fácil evitar el riesgo de lesiones sino se
asiste a convocatorias de selección, por supuesto, pero que es un poco injusto
que algunos jugadores expongan su pellejo para defender de manera profesional
el escudo de su país y otros rechacen la convocatoria es innegable. Las
declaraciones de Ramos no me parecen erróneas o incorrectas. Es más, ni siquiera me parecen
algo digno de escándalo.
La prensa, que busca maneras de seguir
escribiendo de este tema porque vende tantos periódicos, inquieren nuevamente a Mou . Ya conocen su carácter, que no suele callar nada
y que defiende a los suyos. Exponen lo de Ramos y "zas" que Mou , responde. Lo hace diciendo: “No creo que Ramos
tenga master en medicina, que se lo saque antes de hablar de mis jugadores” Me
imagino a la prensa encantada de tanto alboroto que podría armar de estas declaraciones
y corriendo con Ramos a buscar respuesta. Peso a esto, encuentran una respuesta
para algunos ofensiva, para otros ridícula y para mi muy ingeniosa. Ramos, pretende hacerse el tonto diciendo: “No es momento de hablar del presidente del
Celta (cuyo apellido es Mouriño).” Esquiva la pregunta y le resta importancia.
Claro, habrá alguno que lo interprete como un insulto a Mourinho, para mí fue
más un decir: ya basta con el tema.
No encontrando mucho más por donde dar palos, se
rebusca la ofensa en unas declaraciones en donde Ramos alaba al actual
entrenador. La misma se comienza a interpretar o promover como una ofensa directa
a Mourinho. A mí lo que me parece una ofensa es restarle mérito a Ancelotti y
no permitir hablar bien de él sin que se le compare con su antecesor. Las
flores que le ha tirado Ramos al italiano no son flores de cartón, ha hablado
solamente la verdad. Ha hecho lo que debe hacer, hablar bien de su entrenador
actual, que también suele ser exitoso.
Yo en esta pequeña reflexión no pretendo hablar
bien o mal de Mou o de Ramos, no pienso si quiera tomar partida. Para mí lo
importante es el Madrid hoy. Que se puede recordar, agradecer, añorar o querer
olvidar una época pasada, desde luego, pero no dejemos que ese pasado opaque
el presente. El presente esta brillando, el presente nos tiene líderes, con record de Copas de Europa y jugando muy bien al futbol. Lo que quiero es dar mérito a
quien lo tiene, y creo que Ancelotti lo tiene. Es un pequeño tributo
reconociendo que está haciendo una buena labor. El dar mérito a alguien no implica quitárselo a
nadie más, implica reconocer a la persona que lo merece. Diferencias habrán
siempre, ideales y opiniones divididas
también, pero el escudo que portamos es el mismo. El escudo con diez copas de
Europa, el escudo del mejor equipo del Siglo XX, el equipo que intimida a
cualquiera, el equipo que hoy lidera perfectamente Ancelotti: "El Real Madrid".
Sigueme en twitter: @NatiGdeRamos1
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