Tranquilos, que aquí estoy yo


Es lo que parecía decir Cristiano Ronaldo justo depués de marcar el 1-2, que coloca al Madrid a 7 puntos (con 12 por disputarse) del Barça. Habían pasado tres minutos sólo desde que el pinball blaugrana acertase a colar un rebote en la portería blanca. Un gran jugador se diferencia de un crack en que el segundo aparece en las grandes batallas. La de ayer lo era y Cristiano apareció. Pero empecemos desde el principio.

Tras algún pinchazo inesperado, el Madrid que llegó a tener una ventaja de diez puntos, se quedó en cuatro sólo. O uno, según la fuente que consultases, por que sus bolas de cristal les decían que el Madrid pincharía en el Camp Nou, fortín inexpugnable, sobre todo si eres un equipo ultradefensivo. Que es el más goleador de la historia de la Liga, irónicamente.

Mourinho, que entre una de sus cualidades está la de vacilar a la prensa (¿algún periódico ha acertado alguna alineación del Madrid desde que está él?) sacó de inicio a Coentrao, blanco de muchas iras tras resbalarse ante Robben en Munich y Özil, del que se decía que estaba agotado. Entre otras malas decisiones, si nos fiamos de la "Central Lechera".



El partido no fue especialmente divertido, las cosas como son. El Madrid nos tiene acostumbrado a un fútbol rápido, eléctrico, directo y por qué no, a veces un poco anarquico en defensa. Una pesadilla para Xavi, vamos. Consciente del rival que tenía enfrente, Mourinho cambió por un día (se lo perdionamos, ¿verdad?) los fuegos artificales por el orden defensivo (no confundir con plantar el autobús), el toque de corneta, y el funcionar cómo un reloj de precisión. Gracias a eso, se consiguió que el Barça no marcase. El primer gol llegó por parte de un actor secundario, de esos que casi nunca aparecen en las portadas (y si lo hacen es con su novia en pelotas). Puyol le dió la espalda, y Khedira aprovechó el regalo para batir a Valdés. A partir de ahí, nadar y guardar la ropa. Economizar esfuerzos. Pero como nada es perfecto, en el minuto 70 empató el Barça sin saber cómo, tras varios rebotes. ¿Otra vez nos volveríamos de vacío de Barcelona?. ¿Remontaría el Barça? ¿Nos derrumbaríamos psicológicamenGOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL. No tuvimos tiempo para pensar, Özil se inventó un pase de los que sólo da él que recibió Cristiano y fulminó por bajo a Valdés.

Y ahí se acabó el partido. Y puede que la Liga. Pero estoy muy triste. Nos han ganado en posesión. Hosti tu, estos del Madrid no saben ganar. No espera, si que sabemos. Y disparando más a puerta que ellos. Y en su casa. Si ya decía Bob Dylan que los tiempos están cambiando.

Por cierto, un saludo a Gerard Piqué, que aún sigue en el banquillo del Camp Nou esperando que Guardiola le mande a calentar.

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