Gonzalo Higuaín; madridista ejemplar
Autor: Andrés Ramírez Pelayo
Gonzalo Higuaín no es un
crack tipo Messi o Cristiano, ni el goleador con el más alto porcentaje de
efectividad, pero sí jugador de entrega total. Pese a lo ‘tronco’ que algunos
aseguran que es, el Pipa ha sido uno de los últimos ídolos del Madrid. Era el
primero en llegar a los entrenamientos y el último en irse de ellos. No será un
Dios del fútbol contemporáneo como los antes mencionados, pero sí un mortal que
lucha todos los días por buscar un puesto en el equipo. Coincido con los
comentarios de varios simpatizantes madridistas, de que la directiva no valoró
como se debía a Higuaín. Se fue no sólo un crack, sino un madridista ejemplar,
como jugador y persona, alguien que es respetuoso, reservado, que no busca
protagonismo ni dinero. Alguien centrado, alguien que entiende que trabaja como
futbolista y eso es a lo que se debe dedicar.
¿Por qué decir esto con
tanta seguridad? Quienes tuvieron la oportunidad de verle desde el principio de
su carrera, aún se recordarán sus primeros pasos con el equipo de la franja
roja, en su natal Argentina, especialmente durante los superclásicos ante el
odiado rival xeneize. Comenzaba a vivir un sueño llamado profesionalismo, y al
igual que todo jugador con la personalidad de Higuaín, empezaba a tocar el
cielo teniendo los pies en el suelo. Nada arrogante, sencillez total. Cuando Gonzalo
saltaba al terreno de juego, tenía desde el principio dos cosas en mente:
hambre de gol y superación personal.
Tras una operación tasada
en 12 millones de euros, llegó a la casa blanca con la edad de 18 años y el
objetivo de ser el futuro relevo de goleadores consolidados como Ruud Van
Nistelrooy o de la leyenda madridista, Raúl González Blanco. El reto ya era de
por sí muy pesado para un chaval que ocho años atrás dejó en claro cuál era su
sueño como profesional: jugar en el Real
Madrid. No marcó muchos goles, apenas dos en su primera temporada, pero sí muy
significativos, ante rivales como el Atlético de Madrid o en partidos claves
como aquella remontada descabellada 4-3 ante el Espanyol durante la campaña
2006-07, vital para el título de liga número 30.
Ganar su primera liga
española en su primera temporada significó un gran augurio, pero también una
oportunidad para demostrar que su llegada no fue mero oportunismo. De a poco se
fue inflando su canasta de goles, algunos de ellos elaborados con manufactura
de primera mano como aquella volea ante el Mallorca. Pero sin duda, el que
valió oro molido fue el conseguido ante Osasuna en el Reino de Navarra; era el
minuto 88’, con el marcador empatado a un tanto recibe el esférico con el
pecho, deja que el balón toque el césped y le impacta tremendo derechazo que
resultó incontenible para el portero del equipo de Pamplona. Otra vez remontada
y de nueva cuenta otro gol que concedía una liga más para las vitrinas de
Chamartín.
De a poco las dudas se
fueron disipando: este joven está destinado a romperla con el equipo merengue.
A dos años de su llegada, contratarlo por solamente 12 millones de euros dejaba
claro que resultó ser un negocio redituable en goles y títulos.
En 2009, ante la llegada de
dos de los fichajes más caros de la historia, Kaka’ y Cristiano Ronaldo, el
Pipita terminó por imponerse y confirmarse como el goleador para la causa
blanca tras marcar 27 goles en la liga por 26 del portugués recién llegado del
Manchester United.
La temporada en la que el
Madrid consiguió su más reciente título de liga, el mundo futbolístico fue
testigo de una de las tripletas más productivas en muchísimo tiempo, compuesta
por el francés Karim Benzemá, el portugués Cristiano Ronaldo y el argentino
Gonzalo Higuaín. Entre ellos se encargaron de marcar 89 de los 121 goles, cifra
récord para el campeonato local.
Su última campaña como
jugador blanco estuvo lejos, futbolísticamente hablando, de mejores versiones
que se le recuerdan del Pipita, aunque nos dejó para el registro videográfico
anotaciones espectaculares como una volea de media tijera ante el Levante (en
mi opinión el mejor gol en su aún joven carrera) o su último tanto, poco
llamativo pero sí nostálgico ante el Osasuna, mismo equipo ante el cual,
gracias a un gol suyo, el Madrid amarraba el bicampeonato español.
Ésta es la historia de un
futbolista, hermano de un futbolista, e hijo de un futbolista. La historia de
un tipo que posee como talento jugar con el corazón. Un tipo que no baja los
brazos, que siempre preferirá los grandes retos. Palabras como constancia,
perseverancia, sacrificio y compromiso podemos encontrarlas como sinónimos del
término ‘Pipita’ en algún diccionario futbolístico.
Es Gonzalo Higuaín, un
madridista ejemplar. Marcó 107 goles en liga, 6 en Copa del Rey y 8 en
Champions League para un total de 121 goles como jugador blanco. Tres ligas
locales, una Copa del Rey y dos Supercopas de España. Enfrentó retos llamados
Raúl, Van Nistelrooy, Van der Vaart, Huntelaar, Robinho, Benzemá, y ahora el
siguiente en su carrera será uno llamado Nápoles. Es tan perseverante que
mostrará su valía en el Calcio, o donde quiera que esté, y no duden que más
adelante pueda darse su retorno como el killer que es. Yo espero que así sea.
Gran biografia, Andres! La verdad entrega, pasion y lucha fue lo que nos entrego el Pipa en el Madrid. Ojala le vaya bien por donde vaya. Un fuerte abrazo :)
ResponderEliminarMuy bonito pero os habeis matado a defenderlo pero no se ha despedido de vosotros ni nada
ResponderEliminarMuy bonito ¿no?