Fernando Redondo, el Príncipe del Madrid
AUTOR: Andrés Ramírez Pelayo
Elegancia. Es la primera palabra que escribo en el ordenador para iniciar este texto, y con base en dicha expresión busco sinónimos; calidad, distinción, caballerosidad, gentileza, desenvoltura, originalidad, gala… y de pronto trato de pensar en alguien a quién poder asociar tales calificativos. En la historia del Real Madrid han desfilado decenas de futbolistas que podrían encajar en la descripción, pero quizás, y sobre todo por el primer término utilizado, ese lugar estaría designado para Fernando Carlos Redondo Neri. Confieso que nunca lo vi jugar, pero cuentan que pasarán décadas para que los ojos de quienes lo vieron vuelvan a ser testigos de un jugador como éste, de un fuera de serie, de alguien a quien catalogan como el mejor 5 en la historia de la albiceleste y que le dan cabida en el once histórico del equipo merengue. Jugador inteligente, ejemplar, sencillo, culto, no sólo en sus cualidades futbolísticas sino también humanas, o como él mismo se define; “no tengo grandes misterios. Voy al cine, leo. Tengo una gran influencia de los escritores latinoamericanos y algunos españoles. Me apasiona la historia, también”.
¿Quién fue Fernando Redondo en el mundo del fútbol? Un centrocampista de nacionalidad argentina nacido en Adrogué, el 6 de junio de 1969. Desde muy temprana edad se inició en la filas del Club Atlético Talleres (actualmente en la tercera división) aunque por decisión de su papá pasó a formar parte del Club Atlético Argentinos Juniors, mismo equipo en el que, de la mano de José Yudica, debutaría en 1985 a la joven edad de 15 años ante Gimnasia y Esgrima La Plata. Curiosidades que tiene la vida, pues a pesar de haberse formado en las inferiores de Talleres y Argentinos, se declara desde su niñez como un hincha ferviente por el Club Atlético Independiente, quien tenía a Ricardo Bochini, el “Di Stéfano” del cuadro rojo, como su ídolo a seguir.
Como ocurre con muchas promesas del fútbol sudamericano, Fernando Redondo, (quien había conseguido la Copa del Mundo en la categoría Sub-17 con Argentina en el mismo año de su debut) con cinco años de experiencia en la liga de su país, dio el salto al balompié europeo, específicamente a España, aunque en un cuadro bastante humilde como el Club Deportivo Tenerife, dirigido en aquellas fechas por Jorge Valdano, un viejo conocido. Sin embargo, es aquí donde Redondo comienza a tejer un vínculo significativo en la historia del madridismo, pues en el Heliodoro Rodríguez López, estadio del Tenerife, fue donde no sólo se perdió el último partido del torneo sino en dos ocasiones el título de liga durante las temporadas 1991-92 y 1992-93.
Después de cuatro años en los que Redondo fue partícipe de una de las mejores épocas del cuadro tenerfeñista, además de sus éxitos con la albiceleste como la Copa Confederaciones del 92’ y la Copa América del 93’, es traído al Real Madrid a petición de Jorge Valdano, también recientemente llegado al equipo de la capital española. Un sueño cumplido aunque comenzado de una forma no muy grata pues durante su primer partido amistoso se lesiona y es baja durante dos meses, lo que a consecuencia tuvo poca participación en aquella temporada, la 1994-95, donde se proclamaría campeón de Liga. Con la llegada de Fabio Capello afianzó la titularidad y consiguió una vez más el título de campeones en la temporada 1996-97. De nueva cuenta, habría cambio de Director Técnico, ahora sería el alemán Jupp Heynckes. Si bien no se consiguieron títulos locales, la sequía en la máxima competición europea llegaría a su fin con la obtención de la séptima orejona ante la Juventus de Turín en el Ámsterdam Arena. Seis meses después caería la Copa Intercontinental ante Vasco Da Gama. Sale Jupp Heynckes y entra en su lugar Don Vicente del Bosque, entrenador con quien consiguió, además de la octava Champions League, el reconocimiento al mejor jugador del torneo. Aquella final ante el Valencia en el Stade de France sería su última participación con el Real Madrid. De la mejor de las formas, siendo campeón continental, y tras seis años vistiendo la camiseta blanca, se retira del equipo de Chamartín. Valdano, Capello, Heynckes, Del Bosque, de todos ellos recibió un sinfín de elogios bastante fundamentados.
Ya retirado de la selección argentina desde 1999, y comenzando a ver el inicio del final de su carrera, para la temporada 2000-01 pasa a las filas de otro histórico; el AC Milan. Las lesiones en la trayectoria de Redondo empezaron a ser una constante en su etapa como jugador rossonero, por lo que en un gesto de humildad, un gesto que es reservado para caballeros, decidió renunciar a su sueldo en lo que éste se recuperaba. Las piernas se desgastan pero la elegancia es de por vida y el deseo de seguir adelante siempre da frutos dependiendo de la perseverancia que se le invierta. Así de esta forma, Fernando Redondo siguió sumando títulos importantes en su palmarés como su tercera Copa de Europa (nuevamente ante la Juventus como en aquella primera ocasión) entre otros más. Puso fin a su carrera el 1º de julio de 2004 bajo la dirección de Carlo Ancelotti.
Generaciones pasadas han sido testigos de haber visto jugadores de clase desmesurada que por lesiones tuvieron que retirarse a una edad no tan vieja. Aun así, tras considerables 19 años de trayectoria, Fernando Redondo consiguió tres títulos de liga y de Champions League (en ambos casos, dos en España uno en Italia) una supercopa de España, una supercopa de Italia, una Coppa Italia, una Copa Intercontinental, además de los títulos Mundial Sub-17, Copa FIFA Confederaciones y Copa América con la selección argentina y sólo una participación en Copa del Mundo, la de Estados Unidos 94’.
De vez en cuando lo hemos visto como invitado especial de algunos medios de comunicación masivos y en distintos eventos deportivos como analista, vistiendo siempre de manera sencilla pero elegante. Aún sigue conservando esa idea de que los estudios siempre son trascendentales en la vida de todo profesional, a tal grado de que, cuenta la leyenda, Redondo rechazó una convocatoria de Carlos Bilardo para asistir al mundial de Italia 90’ porque para él era más importante terminar la universidad. También sigue conservando esa cabellera que le privó de una participación en la Copa del Mundo de Francia 98’ porque Daniel Pasarella, entonces entrenador de la selección, en un comportamiento similar al Director de la escuela Furinkan, le cerró las puertas por tener el cabello “demasiado largo”. Fernando Redondo siempre ha tenido sus prioridades definidas, entre ellas “seguir siendo él mismo”, no para darle gusto o disgusto a terceros, simplemente ser quien es.
Elegancia. Es la primera palabra que escribo en el ordenador para iniciar este texto, y con base en dicha expresión busco sinónimos; calidad, distinción, caballerosidad, gentileza, desenvoltura, originalidad, gala… y de pronto trato de pensar en alguien a quién poder asociar tales calificativos. En la historia del Real Madrid han desfilado decenas de futbolistas que podrían encajar en la descripción, pero quizás, y sobre todo por el primer término utilizado, ese lugar estaría designado para Fernando Carlos Redondo Neri. Confieso que nunca lo vi jugar, pero cuentan que pasarán décadas para que los ojos de quienes lo vieron vuelvan a ser testigos de un jugador como éste, de un fuera de serie, de alguien a quien catalogan como el mejor 5 en la historia de la albiceleste y que le dan cabida en el once histórico del equipo merengue. Jugador inteligente, ejemplar, sencillo, culto, no sólo en sus cualidades futbolísticas sino también humanas, o como él mismo se define; “no tengo grandes misterios. Voy al cine, leo. Tengo una gran influencia de los escritores latinoamericanos y algunos españoles. Me apasiona la historia, también”.
¿Quién fue Fernando Redondo en el mundo del fútbol? Un centrocampista de nacionalidad argentina nacido en Adrogué, el 6 de junio de 1969. Desde muy temprana edad se inició en la filas del Club Atlético Talleres (actualmente en la tercera división) aunque por decisión de su papá pasó a formar parte del Club Atlético Argentinos Juniors, mismo equipo en el que, de la mano de José Yudica, debutaría en 1985 a la joven edad de 15 años ante Gimnasia y Esgrima La Plata. Curiosidades que tiene la vida, pues a pesar de haberse formado en las inferiores de Talleres y Argentinos, se declara desde su niñez como un hincha ferviente por el Club Atlético Independiente, quien tenía a Ricardo Bochini, el “Di Stéfano” del cuadro rojo, como su ídolo a seguir.
Como ocurre con muchas promesas del fútbol sudamericano, Fernando Redondo, (quien había conseguido la Copa del Mundo en la categoría Sub-17 con Argentina en el mismo año de su debut) con cinco años de experiencia en la liga de su país, dio el salto al balompié europeo, específicamente a España, aunque en un cuadro bastante humilde como el Club Deportivo Tenerife, dirigido en aquellas fechas por Jorge Valdano, un viejo conocido. Sin embargo, es aquí donde Redondo comienza a tejer un vínculo significativo en la historia del madridismo, pues en el Heliodoro Rodríguez López, estadio del Tenerife, fue donde no sólo se perdió el último partido del torneo sino en dos ocasiones el título de liga durante las temporadas 1991-92 y 1992-93.
Después de cuatro años en los que Redondo fue partícipe de una de las mejores épocas del cuadro tenerfeñista, además de sus éxitos con la albiceleste como la Copa Confederaciones del 92’ y la Copa América del 93’, es traído al Real Madrid a petición de Jorge Valdano, también recientemente llegado al equipo de la capital española. Un sueño cumplido aunque comenzado de una forma no muy grata pues durante su primer partido amistoso se lesiona y es baja durante dos meses, lo que a consecuencia tuvo poca participación en aquella temporada, la 1994-95, donde se proclamaría campeón de Liga. Con la llegada de Fabio Capello afianzó la titularidad y consiguió una vez más el título de campeones en la temporada 1996-97. De nueva cuenta, habría cambio de Director Técnico, ahora sería el alemán Jupp Heynckes. Si bien no se consiguieron títulos locales, la sequía en la máxima competición europea llegaría a su fin con la obtención de la séptima orejona ante la Juventus de Turín en el Ámsterdam Arena. Seis meses después caería la Copa Intercontinental ante Vasco Da Gama. Sale Jupp Heynckes y entra en su lugar Don Vicente del Bosque, entrenador con quien consiguió, además de la octava Champions League, el reconocimiento al mejor jugador del torneo. Aquella final ante el Valencia en el Stade de France sería su última participación con el Real Madrid. De la mejor de las formas, siendo campeón continental, y tras seis años vistiendo la camiseta blanca, se retira del equipo de Chamartín. Valdano, Capello, Heynckes, Del Bosque, de todos ellos recibió un sinfín de elogios bastante fundamentados.
Ya retirado de la selección argentina desde 1999, y comenzando a ver el inicio del final de su carrera, para la temporada 2000-01 pasa a las filas de otro histórico; el AC Milan. Las lesiones en la trayectoria de Redondo empezaron a ser una constante en su etapa como jugador rossonero, por lo que en un gesto de humildad, un gesto que es reservado para caballeros, decidió renunciar a su sueldo en lo que éste se recuperaba. Las piernas se desgastan pero la elegancia es de por vida y el deseo de seguir adelante siempre da frutos dependiendo de la perseverancia que se le invierta. Así de esta forma, Fernando Redondo siguió sumando títulos importantes en su palmarés como su tercera Copa de Europa (nuevamente ante la Juventus como en aquella primera ocasión) entre otros más. Puso fin a su carrera el 1º de julio de 2004 bajo la dirección de Carlo Ancelotti.
Generaciones pasadas han sido testigos de haber visto jugadores de clase desmesurada que por lesiones tuvieron que retirarse a una edad no tan vieja. Aun así, tras considerables 19 años de trayectoria, Fernando Redondo consiguió tres títulos de liga y de Champions League (en ambos casos, dos en España uno en Italia) una supercopa de España, una supercopa de Italia, una Coppa Italia, una Copa Intercontinental, además de los títulos Mundial Sub-17, Copa FIFA Confederaciones y Copa América con la selección argentina y sólo una participación en Copa del Mundo, la de Estados Unidos 94’.
De vez en cuando lo hemos visto como invitado especial de algunos medios de comunicación masivos y en distintos eventos deportivos como analista, vistiendo siempre de manera sencilla pero elegante. Aún sigue conservando esa idea de que los estudios siempre son trascendentales en la vida de todo profesional, a tal grado de que, cuenta la leyenda, Redondo rechazó una convocatoria de Carlos Bilardo para asistir al mundial de Italia 90’ porque para él era más importante terminar la universidad. También sigue conservando esa cabellera que le privó de una participación en la Copa del Mundo de Francia 98’ porque Daniel Pasarella, entonces entrenador de la selección, en un comportamiento similar al Director de la escuela Furinkan, le cerró las puertas por tener el cabello “demasiado largo”. Fernando Redondo siempre ha tenido sus prioridades definidas, entre ellas “seguir siendo él mismo”, no para darle gusto o disgusto a terceros, simplemente ser quien es.
No hay comentarios