Roberto Carlos y la samba que aún resuena en el Bernabeu


   Hoy quiero hacer honor a uno de los más grandes laterales que han pisado la faz de la tierra y el césped del mítico Bernabeu. Un crack lleno de samba, de sonrisas  y de clase. Un hombre, que con solo 1,68 cms de alto, poseía, en sus cortas pero fuertes piernas, un disparo tan potente que hacían temblar a cualquier oponente. Un brasileño, casi tan veloz como un guepardo Un genio de las canchas llamado Roberto Carlos.


   La gente que me conoce sabrá de mi eterna admiración a Roberto Carlos.  ¿Cómo no poner en un pedestal a quien te introdujo al fascinante mundo del futbol y que con su inigualable manera de jugar te llevo a amar el escudo del Real  Madrid? Si, fue él quien me hizo querer ver todos los partidos, que me dio, no solo la dicha de verlo jugar todos los fines de semana, sino me enseñó la pasión por el futbol.

  El brasileño tenía un conjunto de características y cualidades, que hicieron de su manera de jugar algo casi imposible de igualar. Detrás de su pequeña estatura se escondía el cuerpo de un atleta, presentando un porcentaje de grasa de menos de 6,9. Sus muslos de casi 59 cms de diámetro, le permitían elevarse más de 66 cm (muy por encima de la media en un futbolista profesional). Su fuerza no se limitaba a sus piernas, ya que con sus brazos hacía saques de banda que llegaban a parecer centros o saques de esquina y que muchas veces terminaron siendo pases de gol. Su rapidez era digna de un velocista logrando recorrer los cien metros en  10,17 segundos. Su potente disparo llegaba a velocidades de hasta 170 Km/h, lo que lo hacía un componente importante en los ataques y en los tiros libres. Una de las cualidades que más me impresionaban de Roberto Carlos, era su capacidad para hacer cosas con el balón, que parecerían romper las reglas de la física. Su habilidad para disparar provocando un efecto de curva tan pronunciado que parecía esquivar la barrera y solía terminar en gol. Marcó goles memorables y que sin duda se escriben en los anales de la historia futbolística mundial. En la defensa era solido, eficaz y casi impasable. Un jugador completísimo Estoy segura que cualquiera que lo vió jugar estará recordando algún gol, jugada o tiro libre, ya que su futbol parece ser dificil de olvidar. 

   Roberto Carlos, el genio de la banda izquierda. El pequeño gigante cuya sonrisa, alegría y carisma solo son comparables con su talento dentro de las canchas. Hoy recordemos y honremos a un grande, a uno que sudo la camisola y dio muchas alegrías al escudo. A uno que nos hizo vivir momentos inolvidables, un maestro del balón y del disparo. El precursor del ataque como mejor defensa.   Que viva Roberto Carlos y que viva el Real Madrid

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