¿ Cómo están ustedes ?
“Había una vez un circo que alegraba siempre el corazón, sin temer jamás, al frío o al calor, el circo daba siempre su función. Siempre viajar, siempre cambiar, pasen a ver el circo, otro país otra ciudad pasen a ver el circo, es magistral, sensacional, pasen a ver el circo somos felices al conseguir a un niño hacer reír. “
¿ Se acuerdan de esa canción ? Pues yo no dejo de recordarla estos últimos días, ¡ Y eso que a mi no me gustaba el circo ! Recuerdo que yo siempre pedía ir al fútbol, pero no había manera..., así que una vez al año me ataban al asiento trasero del coche y camino de aquella explanada de barrio, llena de camiones que encerraban animales, carpas gigantes, luces de colores, música circense, carritos de algodón de azúcar, cacahuetes y manzanas de caramelo, colas llenas de niños felices por ver a los payasos y subirse al elefante, y yo…pues ahí sentada, esperando a que empiece la función, en unos asientos un tanto incómodos, refugiándome en mi palo de algodón de azúcar al borde de la hiperglucemia y mareada del olor tan fuerte que desprendía ese lugar, vamos…a mierda pura y dura. De repente, las luces se apagaban, sonaban unos redobles de tambores y entre las tinieblas del círculo central aparecía el maestro de ceremonias, un señor vestido con lentejuelas, muy elegante para la ocasión, repitiendo el guión de siempre y presentando el espectáculo que veríamos durante unos noventa minutos. Payasos, trapecistas, acróbatas, malabaristas, domadores, magos, tragasables ( sí, ahora suena un tanto erótico… ), el hombre bala…la verdad es que no faltaba de nada. Eso era el circo, un espectáculo con tintes burlescos, que no tenía otro cometido que sacar la sonrisas a los niños…para eso es ¿ No ?, pues sinceramente, a mi no me hacía nada de gracia, y cuando me preguntaban eso de ¿ Cómo están ustedes ? yo contestaba: “Muy aburrida”.
Por fin, un día conseguí que me llevaran a otro circo, ahí, 'a priori' no había trapecistas, payasos, ni elefantes; había once tíos de blanco en el círculo central esperando a oír el pitido inicial; jugaban contra otros once señores y el que más balones metiese en la portería contraría ganaba el encuentro. Por aquel entonces ese circo si que conseguía sacarme una sonrisa; me hacía soñar…Sí, seguramente me pillase de muy pequeña y no había tanta información como ahora, supongo que “mierda” siempre hubo en todas partes y etapas…pero viví épocas de éxito, como las tres Champions, ligas…Pero de repente, un día, el maestro de ceremonias abandonó la función, alegando que había mimado en exceso a sus artistas galácticos. Por lo que un señor, de cuyo apellido recordaba al circo vecino, tomó las riendas de la tramoya blanca, pero aquello acabó como el rosario de la aurora y tres años más tarde el del apellido del circo rival, tuvo que dimitir. Así pues, el anterior maestro de ceremonias, se enfundó un elegante smoking de lentejuelas y dispuesto a salvar el circo del desastre, se trajo a otros artistas galácticos, convirtió la carpa en la más cara y bonita del mundo, pero las funciones no daban mucho resultado. Primero trajo a un domador que parecía un lindo gatito; sí aquel que fue humillado por una feria muy humilde del sur de la capital, por lo que un año más tarde decidió contratar al gran domador, sacó el látigo y consiguió “acabar” o al menos, neutralizar al circo ‘blaugrana’, el del país pequeñito de allí arriba. Un domador que mandó al camerino al mimo que teníamos bajo palos y enjauló a varias fieras, pero el espectáculo no salió como él quiso y puso tierra de por medio.
Entonces vino una marioneta italiana, con una ceja más alta que la otra, y tras el enésimo proyecto por fin se consigue tocar el cielo, el premio máximo. Pero quizás ahí, empezó todo; parece que arrebatarles ‘La orejona’ a los de la carpa ‘rojiblanca’ en el último minuto, fue más que una maldición…
El maestro de ceremonias cegado por los éxitos, empezó a cometer los mismos errores del pasado, pero él, lleno de orgullo, satisfacción y vanidad, prefirió mirar a otro lado. La gira circense por tierras africanas fue la última función. Ahí se bajó el telón de los sueños, del espectáculo que impartían once artistas sobre el verde. Dicen que la tragedia es una comedia interrumpida por una desgracia; y yo me pregunto...¿ Cual fue esa desgracia ?, sencillamente ese circo empezó a oler muy mal y nadie se molestó en limpiarlo.
Hace un año de todo ello, y desde entonces cada vez que visito el Bernabéu me recuerda a cuando iba “obligada” a ver el circo de pequeña, e incluso peor…Voy sin ilusión a ver una función que ya no me hace nada de gracia, es más me da vergüenza, el graderío se ha convertido en una especie de guerra civil, en la que nos tiramos tartas de merengue los unos a los otros a la cara…ya ni siquiera me apetece subirme en el elefante "orejón" ha hacerme la foto para el recuerdo, ni ahogar mis penas en pipas o algodón de azúcar, lo mismo da…El artista de oro, se ha convertido en un payaso triste, que junto a el payaso gracioso, el payaso torpe, el payaso tonto y el payaso gruñón, forman una cuadrilla que ya ni los niños se ríen con ellos, es más…se ríen de ellos. El “hombre Bale” tiene la pólvora mojada, el magIsco desapareció, a los acróbatas se les rompieron las redes. Sólo nos falta la mujer barbuda, aunque quizás detrás de alguna barba se encuentre una "barbie"....y para más inri jugamos a la “ruleta rusa” y nos suicidamos en directo ente todo el mundo…¿ Podemos ir a peor ? pues vayamos con el ¡ Más difícil todavía ! por fin nos deshicimos del mimo, pero con la suerte que tenemos no me extrañaría nada que nos lo encontrásemos en la gira europea y nos…puffff, prefiero ni pensarlo…en fin.
El Real Madrid es un circo, una sátira lamentable que sólo hace reír al vecino, pero que a los incondicionales sólo nos causa vergüenza, al maestro de ceremonias se le ha roto la carpa en mil pedazos, y el retal que trajimos del Nápoles no sabe si se comerá la manzana de caramelo. El maestro ha querido sostener él sólo todas las cuerdas de la tramoya, y eso…ya no se arregla con dinero.
Maestro, quítese el sombrero y el traje de lentejuelas, la función ya ha terminado, pero antes, háganos esa gran pregunta a nosotros, los aficionados del Real Madrid: ¿ Cómo están ustedes ?
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