Locura en la semifinal con final feliz
El Madrid ya es finalista del Mundial de Clubes tras derrotar por dos goles a uno al Al Jazzira. El equipo anfitrión, a pesar de su nivel claramente inferior, puso en problemas al Real Madrid en lo que fue un partido de locura.
Los blancos entraron al partido bien, dominando, con ocasiones, y por si había dudas sobre el dominio merengue, los anfitriones no eran capaces de salir de su área ni de mantener el balón por poco más de unos segundos. Parecía que solo un hombre podía evitar la goleada: el portero rival. No exageramos si decimos que el Madrid es capaz de hacer internacionales a porteros como el de hoy. El gol no llegaba, aunque ocasión tras ocasión hacían parecer que íbamos a esperar poco tiempo para abrir la lata. Sin embargo, contra todo pronóstico, nuestro rival se adelantó en su primer tiro a puerta. 1-0 para ellos, después de que el VAR tuviese un papel importante en la anulación de uno de nuestros goles.
Tocaba remontar en la segunda parte. El pánico llegó cuando un despiste inadmisible en la defensa del Madrid, deja a dos atacantes del Al Jazzira con prácticamente tres cuartos del terreno de juego para ellos. El resultado parecía que se ponía 2-0, pero cuando menos se esperaba, el gol fue anulado por el VAR, que más que evitar polémica, parece que la potencia.
El portero del conjunto árabe se lesionó sobre el minuto 50, por lo que salió el suplente. Se quedaban sin su héroe y poco tardaron en notarlo. En el 53 fue Cristiano Ronaldo el encargado de anotar el gol del empate. Se empezaba a notar el cansancio de nuestros rivales y eso favorecía las ocasiones de los nuestros, sobretodo con la entrada de Asensio en lugar de Isco. En el minuto 80, Gareth Bale volvía a los terrenos de juego después de sus molestias tras jugar contra el Fuenlabrada. El cambio no pudo dar mejor resultado, ya que apenas tardó un minuto en anotar el gol de la victoria.
El partido fue extraño, sufrido y con el VAR como uno de los protagonistas principales. Pero el objetivo se ha cumplido. Por segundo año consecutivo, el equipo de Zidane está en la final. El sábado a las 18:00 nos espera con ganas el Gremio, equipo brasileño que sabe que no lo tendrá nada fácil.
Los blancos entraron al partido bien, dominando, con ocasiones, y por si había dudas sobre el dominio merengue, los anfitriones no eran capaces de salir de su área ni de mantener el balón por poco más de unos segundos. Parecía que solo un hombre podía evitar la goleada: el portero rival. No exageramos si decimos que el Madrid es capaz de hacer internacionales a porteros como el de hoy. El gol no llegaba, aunque ocasión tras ocasión hacían parecer que íbamos a esperar poco tiempo para abrir la lata. Sin embargo, contra todo pronóstico, nuestro rival se adelantó en su primer tiro a puerta. 1-0 para ellos, después de que el VAR tuviese un papel importante en la anulación de uno de nuestros goles.
Tocaba remontar en la segunda parte. El pánico llegó cuando un despiste inadmisible en la defensa del Madrid, deja a dos atacantes del Al Jazzira con prácticamente tres cuartos del terreno de juego para ellos. El resultado parecía que se ponía 2-0, pero cuando menos se esperaba, el gol fue anulado por el VAR, que más que evitar polémica, parece que la potencia.
El portero del conjunto árabe se lesionó sobre el minuto 50, por lo que salió el suplente. Se quedaban sin su héroe y poco tardaron en notarlo. En el 53 fue Cristiano Ronaldo el encargado de anotar el gol del empate. Se empezaba a notar el cansancio de nuestros rivales y eso favorecía las ocasiones de los nuestros, sobretodo con la entrada de Asensio en lugar de Isco. En el minuto 80, Gareth Bale volvía a los terrenos de juego después de sus molestias tras jugar contra el Fuenlabrada. El cambio no pudo dar mejor resultado, ya que apenas tardó un minuto en anotar el gol de la victoria.
El partido fue extraño, sufrido y con el VAR como uno de los protagonistas principales. Pero el objetivo se ha cumplido. Por segundo año consecutivo, el equipo de Zidane está en la final. El sábado a las 18:00 nos espera con ganas el Gremio, equipo brasileño que sabe que no lo tendrá nada fácil.
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