¡A por otra Supercopa!

 El Real Madrid protagonizó una brillante actuación en la semifinal de la Supercopa Endesa, extendiendo su dominio en el torneo por sexto año consecutivo. En un enfrentamiento que se perfilaba como el clásico por excelencia de la temporada, los dirigidos por Chus Mateo demostraron un nivel de baloncesto excepcional, destacando tanto en defensa como en ataque.


A pesar de que el Barcelona logró tomar una ventaja de siete puntos en el minuto 14, gracias a su impresionante eficacia en los tiros de tres puntos, el Real Madrid nunca se descompuso. Mostraron una actitud defensiva impenetrable y se apoderaron del tablero de rebotes, negando cualquier oportunidad de segunda oportunidad a los azulgranas. En ataque, generaron ventajas con la incansable actividad de Llull, aunque algunos tiros que normalmente encontrarían su destino se resistían. Sin embargo, la paciencia y la confianza en su juego prevalecieron.


El momento crucial llegó con un oportuno tiempo muerto de Chus Mateo. A partir de ese instante, el equipo mostró su mejor versión en esta primera mitad. Cerraron la puerta a los triples del Barça y en el ataque comenzaron a encontrar la red con precisión. Campazzo tomó las riendas del juego con una intensidad asombrosa, incluyendo 3 recuperaciones, y 5 puntos consecutivos. A su lado, Deck demostró una presencia imponente, mientras que Tavares, rozando un doble-doble con 9 puntos y 7 rebotes, lideraron un parcial de 0-9 que les permitió irse al descanso con ventaja, con un marcador de 40-42 a su favor.


La segunda mitad trajo un aumento en la intensidad y la velocidad del juego. El Barcelona volvió a aferrarse al tiro de tres puntos, logrando mantener el ritmo impuesto por los madridistas. Musa se destacó con una ráfaga de 8 puntos consecutivos en el tercer cuarto, elevando aún más la intensidad del ataque. Los intentos del equipo de Grimau por penetrar la zona se toparon con un colosal Tavares, que bloqueó en cuatro ocasiones los intentos rivales.


Cuando restaban apenas dos minutos para concluir el tercer periodo y con el marcador igualado en 58, el Madrid emprendió un arreón liderado por Campazzo. El argentino desplegó dos minutos de auténtica magia, demostrando su maestría en el pick&roll con Tavares, una combinación que promete grandes momentos a lo largo de la temporada.


El Barça, siempre peligroso y nunca dado por vencido, encontró resistencia en un Real Madrid que jugó con la determinación de un equipo campeón de Europa. El cierre del partido fue majestuoso. Mantuvieron una defensa sólida, sin apenas fisuras, mientras que Musa sentenció la victoria con tres triples y otros 11 puntos en el último cuarto. La diferencia se amplió, rozando en ocasiones los veinte puntos, ante un público que disfrutó de un auténtico espectáculo de baloncesto.


La abrumadora valoración final de 107 a 78 refleja la indiscutible superioridad de los dirigidos por Chus Mateo en esta semifinal. Ahora, con once victorias consecutivas en este torneo, los madridistas se preparan para la final que se llevará a cabo mañana domingo a partir de las 19:00 h contra el Unicaja, con la mira puesta en conquistar el primer título de la temporada.

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