Pleno en el WiZink Center
El Real Madrid mantuvo su imbatibilidad en el WiZink Center al derrotar a la Virtus de Bolonia en la Euroliga, logrando así su octava victoria consecutiva en casa. Este triunfo tuvo un significado especial ya que coincidió con el partido número 1,100 de Sergio Llull con el equipo, un hito que refuerza su legado en el club. Los dirigidos por Chus Mateo destacaron por su despliegue ofensivo y alcanzaron su mejor actuación de la temporada en la competición europea. Facundo Campazzo fue la figura de la segunda mitad, aportando 14 puntos, 9 asistencias y una valoración de 27, mientras que Mario Hezonja (20 puntos) y Xavier Rathan-Mayes (17) fueron también determinantes para la victoria.
El partido comenzó con el Madrid tomando la iniciativa gracias a un parcial de 5-0 impulsado por la conexión entre Tavares y Campazzo, y el acierto de Hezonja, quien sumó 7 puntos en el arranque. Sin embargo, la Virtus, liderada por Cordinier, reaccionó rápidamente y equilibró el marcador, llegando a ponerse por delante (12-13) en el minuto 6. Desde ese momento, ambos equipos imprimieron velocidad en su juego, con un intercambio de anotaciones en el que el Madrid mostró un ritmo más físico, mientras que los italianos aprovecharon su puntería. Llull entró a cancha en el primer cuarto, celebrando su histórico partido y contribuyendo al juego con gran energía.
Al llegar al descanso, el marcador reflejaba la intensa ofensiva de ambos equipos, con el Real Madrid alcanzando los 53 puntos frente a los 49 de la Virtus. En el segundo cuarto, la Virtus tomó la delantera con un parcial de 0-10 liderado por Shengelia (12 puntos) y Clyburn, pero los de Chus Mateo ajustaron su defensa e hicieron un gran trabajo en el poste bajo con Serge Ibaka, que aportó 7 puntos en apenas dos minutos. Campazzo y Llull formaron un dúo equilibrado y lograron mantener la ventaja al descanso.
En el tercer cuarto, el ritmo del partido lo impuso Campazzo, quien creó serias dificultades para la defensa italiana al encontrar en Abalde, Hezonja y Tavares a sus mejores socios en la ofensiva. Esto permitió que el Madrid ampliara su ventaja a 12 puntos en el minuto 26. El festival ofensivo del equipo fue liderado por Tavares, que sumó 14 puntos, y un brillante Campazzo, con 14 puntos y 9 asistencias, dejando el marcador en 80-67 al cierre del cuarto.
Con el partido encaminado, en el último cuarto el entrenador Chus Mateo apostó por un quinteto más defensivo con jugadores como Ibaka, Deck y Rathan-Mayes, asegurando la ventaja ante cualquier intento de reacción de la Virtus. Este enfoque no solo mantuvo el control del juego, sino que permitió al equipo culminar una actuación excepcional en la Euroliga. Un triple de Rathan-Mayes selló la ventaja máxima (96-76), y aunque la Virtus intentó recortar la diferencia al final, el Real Madrid cerró con un contundente 98-86, consolidando su octava victoria consecutiva en casa. El WiZink Center será nuevamente el escenario del próximo duelo europeo contra el Anadolu Efes, otro desafío clave en la temporada.
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